Hikaru Genji, hijo del emperador y heredero del trono, está enamorado de Fujitsubo, su madrastra (sí, de la esposa de papá, nada más y nada menos). Para olvidar, Hikaru no tiene mejor idea que refugiarse en los brazos de Murazaki, una joven muchacha clavadita clavadita a Fujitsubo, a quien acaba amando intensamente.
De esto, más o menos, va un clásico de la literatura japonesa de principios del siglo XI: Genji Monogatari (usualmente traducido como Novela de Genji). Y El Príncipe de la Media Noche comienza siendo una adaptación de esta obra para luego dar un salto de siglos y transformarse en otra cosa.
En el Japón actual, Genji y Murazaki vuelven a encontrarse reencarnados en alumnos del mismo instituto ¿Cómo llevar una relación con siglos de antigüedad?